Lo acabo de terminar. Me ha encantado. No sé como decirte, la mezcla entre la sensibilidad y amargura que hay en esa historia.

No voy a volver a mirar al Parque igual, ni a la estatua de Ribalta, ni a los grafitis en los bancos..., ni a los Zacarías que veo en la zona.

Ni a los Zacarías de ninguna parte.